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Somos un Centro Privado Educación Infantil, Bachillerato y Concertado Primaria y Secundaria. Nuestro ideario tiene sus fundamentos en las Escuelas del Padre Manjón y de Siurot y en la de institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos.
El alumno trabajará y estudiará los mismos contenidos desde Educación Infantil hasta 2º de Bachillerato, variando sólo el grado de dificultad, la cantidad de objetivos y el modo cada vez más reflexivo, intuitivo y crítico del aprendizaje.
Creemos que sólo una metodología individualizada de enseñanza puede aprovechar eficazmente las capacidades de cada educando. Mientras esta metodología no sea totalmente viable, el Colegio, a través del uso de ordenadores, tareas individuales, clases de apoyo y adaptaciones curriculares, deberá avanzar en esa necesaria individualización sin, por ello, dejar de investigar y probar nuevos sistemas para lograr la meta.
La organización del horario escolar y la metodología empleada deberán facilitar al alumnado la enseñanza al aire libre, en contacto directo con su entorno escolar urbano y rural, lo que favorecerá su salud y la observación directa de lo que después teóricamente deberá asimilar. Además, los contenidos deberán ser ofrecidos a los alumnos de forma crítica y, en la medida de lo posible, atractiva y lúdica, para que así esos conocimientos se carguen de futuro.
En todo lo que sea posible, el conocimiento práctico y activo de la realidad deberá preceder al aprendizaje teórico, al que deberá llegarse siempre intuitivamente, partiendo antes de la valoración por el maestro de los conocimientos previos de los alumnos sobre el objeto de estudio.
Es fundamental en los primeros años un correcto aprendizaje del lenguaje oral y escrito, así como de las matemáticas, que evite graves problemas posteriores de difícil solución (dislexias, dislalias, etc.). Posteriormente, estas áreas deberán ser especialmente potenciadas, ya que por su carácter instrumental los fallos en su aprendizaje derivan en dificultades en la asimilación del resto de las materias y en las relaciones humanas, además de inhibir la lectura de textos literarios, creando así un círculo de difícil salida.
La evaluación por los profesores de los conocimientos, procedimientos y actitudes de los alumnos tendrá, cuando se observe que los resultados no concuerdan con las capacidades de los alumnos, como objetivo básico: la modificación de los métodos de aprendizaje de una materia o tema en concreto. Debe consistir, por tanto, en una valoración de la metodología empleada, siempre con la finalidad de modificarla si es necesario.
Por otra parte, nunca deberá ser global, en cuanto a los contenidos, sino por objetivos previamente marcados para evitar el engaño de valoraciones generalizadas que esconden fallos específicos en determinados cuestiones, llevando al profesor a pasar de uno en otro tema sin tener constancia de que la mayoría de los alumnos lo hayan asimilado correctamente.
Por último la evaluación deberá ser continua para poder valorar el grado de asimilación en el tiempo de los conocimientos adquiridos y volver atrás si fuera necesario.
Las tareas para casa deberán ser adecuadas a la edad y tener en cuenta la importancia formativa del tiempo libre. Para motivar al alumno, deberán ser, también, a la vez que enriquecedoras, compatibles con el estudio y siempre teniendo presente la necesaria individualización. Los padres deberán ayudar, bajo la guía del profesor, a su realización pero nunca convirtiéndolas en suyas. Lo esencial es que los padres supervisen la tarea realizada ayudando a sus hijos a detectar los errores inmediatamente después de haberlos cometido y convertir éstos en una fuente de aprendizaje, evitando la creación de malos hábitos.
Es imprescindible insistir a la familia en la idea de que el tiempo libre, al que antes nos referíamos, no puede ser sinónimo de televisión. El único lugar diario de socialización, ejercicio físico y juego de los niños y jóvenes no puede ser el Colegio.
Las normas de convivencia deben, en su regulación, potenciar valores positivos como sinceridad, laboriosidad, puntualidad, limpieza, altruismo y respeto al prójimo, entre otros, más que constituir un catálogo de faltas y sanciones. Con este fin, la divulgación de estas normas, se unirá a campañas planificadas que potencien la consecución de los objetivos perseguidos, junto con la dedicación de una hora semanal en todos los cursos, a un taller de convivencia y la labor de todos los profesores en sus clases y en los recreos de transmitir junto a las materias de estudio los valores mencionados.
En todo caso, partimos de la idea de que en el hombre, en este caso en el niño o en el joven, conviven valores positivos junto a tendencias destructivas para sí mismo y los demás. Educar es: Estimular los valores positivos cargándolos de idealismo y contrarrestar las tendencias negativas haciendo que el educando tome conciencia de que lo son.
En esta tarea es fundamental la colaboración consciente de los alumnos a través de las asambleas de clase, desde edades tempranas, que además son un magnífico medio de socialización y participación de los alumnos en la vida comunitaria.
Un valor moral de gran trascendencia en la formación del joven es el de la solidaridad. La Institución deberá potenciarlo a través de campañas de ayuda al Tercer Mundo, cuidado de la naturaleza, respecto y ayuda a los mayores, etc., sin olvidar el estudio crítico de la causa de las lacras de todo tipo que afectan a nuestro mundo, haciendo especial hincapié en las que afectan a nuestra Patria.
Uno de los hechos que diferencia al hombre cultivado del que, desgraciadamente, no ha adquirido una educación completa, es el gusto por la belleza y la armonía, fuente, además, de placer para el que lo posee y que lo convierte en activo defensor de lo que aprecia. A este fin, el Colegio debe potenciar entre sus alumnos el conocimiento del Arte, la Música y la vida al aire libre y participar activamente en campañas de protección del Patrimonio natural y artístico de su entorno.
El deporte en sí, no sólo es una disciplina fundamental para el desarrollo sano del organismo sino que además, es fuente de todos los valores antes mencionados. La Institución, en su horario escolar, deber dar al deporte el tiempo que necesita y potenciar las actividades competitivas extraescolares, en las que pueden y debe participar todo el alumnado. Nunca será demasiado temprano para prestar atención el desarrollo del ánimo y el carácter del niño a través del deporte, coartando a través de la obediencia, con seriedad y aún con rigor, los impulsos apasionados, la sensibilidad enfermiza y, por otra parte, dándole confianza en sí mismo y una concepción serena de su existencia.
Una base fundamental en nuestras enseñanzas es la creencia y valoración de las diferencias entre cada ser humano. Nuestras enseñanzas no pueden, ni deben pretender igualar a todos los alumnos. Es fundamental, por ello, descubrir aquellas habilidades en las que el alumno se realiza con total satisfacción, valorándolas y potenciándolas. Podemos ahogar el futuro de un magnífico pintor, tecnólogo o mecánico si sólo nos merece recompensa el esfuerzo en las disciplinas comunes.
El carácter confesional de nuestro Colegio nos impone prestar una gran atención a la formación religiosa de nuestro alumnado, independientemente de nuestra positiva valoración de las enseñanzas religiosas en los primeros años como ayuda a los docentes en la tarea de transmitir valores positivos. De todas formas, esa confesionalidad no debe ser óbice para que, a partir de la adolescencia, se deje a los jóvenes la iniciativa de tomar la última decisión ante el hecho religioso.
En los padres recae la responsabilidad fundamental de la educación de sus hijos. Nosotros sólo somos colaboradores. A ese papel de máxima responsabilidad no pueden renunciar bajo ningún pretexto de trabajo, preocupaciones o cualquier otro tipo de problemas. No obstante, cuando eligieron libremente nuestro Colegio para completar la educación de sus hijos, lo hicieron a sabiendas de su ideario, fines y métodos. Por ello, es fundamental su apoyo para hacer viable nuestra parcela educativa, tanto en horario escolar como extraescolar, teniendo siempre presente que por encima de los intereses puntuales de cualquier miembro de la Institución están los principios de ésta, independientemente del carácter concertado de gran parte de nuestras enseñanzas.
Por último, siguiendo a D. Francisco Giner de los Ríos, nuestra educación debe tener como meta fundamental "una formación del sentimiento y la voluntad que dé (al alumno) interés por el Estado y goce hasta sacrificarnos por ello; por aquel Estado real y concreto al cual pertenecemos. El sentimiento y no el intelecto es el lazo entre los hombres y lo que ha de fortalecer la educación, junto con la voluntad de cooperar activamente a los fines del todo social". Este Patriotismo es el que, también nosotros, siguiendo a la Institución Libre Enseñanza, queremos transmitir a nuestro alumnado.
NUESTRA ÚLTIMA FINALIDAD ES LA DE FORMAR CIUDADANOS HONRADOS, DE VOLUNTAD ENERGICA, AMANTES DEL TRABAJO, INSTRUIDOS HASTA NO SERLES EXTRAÑO NINGÚN ELEMENTO NI PROBLEMA FUNDAMENTAL DE LA VIDA Y DISPUESTOS A SITUAR EL INTERÉS COLECTIVO POR ENCIMA DEL PROPIO .
Saramago y el Iberismo - Artículo del director del colegio en ABC 25-6-10